Del futuro o pasado y la enfermedad

El ser humano nunca ha sido el mejor guardián del planeta, a pesar que su intelecto debería haberle permitido serlo, siempre ha existido una corrupción del mismo, pensaron que la tecnología los salvaría en su momento pero jamás supieron que la tecnología también tenía sus límites y estaban más cerca de lo que se atrevían a admitir. Estancados ya en áreas como la aeronáutica y la investigación espacial pensaron que llegarían a otro planeta antes de destruir el que tenían y aunque a la larga esto fue cierto no sucedió de la forma en la que habían pensado, esa ideología de grandes conquistadores jamás se cumplió y en cambio solo se dio una serie de coincidencias que llevaron a la colonización de la tierra más adelante, pues en realidad había sido Marte quien había albergado en sus inicios a la humanidad.

Marte era pues muy similar a la tierra y la humanidad, condenada a repetirse a sí misma, había tenido una civilización muy parecida también. Con sus guerras, sus religiones, artes, personas… marcianos. Pero cuando el planeta enfermó, del mismo modo que la tierra luego enfermó, a un nivel ambiental y poco a poco se volvió menos que suficiente para albergar la vida, la civilización se fue perdiendo y los instintos de los seres humanos afloraron, querían preservar todo lo que creían haber logrado pero sabían que la tecnología solo los podría llevar hasta cierto punto y albergaron entonces su esperanza en el planeta más cercano, una oportunidad con bajas probabilidades pues lo que podrían enviar solo pondría marcha a la evolución en el planeta celeste, sin seguridades de que esta llevaría nuevamente a una humanidad como la conocían, y a pesar de que si fue así, siempre tuvimos diferencias muy grandes con nuestros antepasados marcianos, a nivel evolutivo, pero eran más las similitudes las que podían hacer clasificar a ambas clases como seres humanos, y así pues podemos decir que dios es marciano pues fue ahí donde floreció y pereció la vida primero. Los marcianos solo pudieron mandar un puñado de organismos unicelulares a la tierra para asegurar que en esta hubiese vida, células que empezaron la gran historia evolutiva de la humanidad terrestre, y mientras esta se desarrollaba lentamente, la historia marciana era borrada del planeta, dejando solo lo que conocemos ahora, un montón de tierra y montañas, en las que si encontramos rastros de la vida que hubo alguna vez, sabemos que hubo agua y nitrógeno, esenciales para la vida, pero no llegamos a imaginar que tanta de esta florecía realmente en el planeta rojo, ni lo similar que alguna vez fue, tanto en curiosidad como en estupidez.

Al acercase al punto de la historia que ya conocemos, esta falla en el medio ambiente y destrucción del planeta con su capacidad de almacenar vida, la historia no se repitió para el ser humano terrestre, pues fue más astuto y menos egoísta y supo que para conservar lo que tenia debía permanecer unido. Fue entonces cuando las grandes potencias mundiales, resolvieron que la fecha de caducidad que había puesto el planeta celeste para su vida no era algo que podrían aceptar, una verdad científica que deberían refutar, aun habiendo llegado a su límite tecnológico como los marcianos, el ser humano terrestre no albergo su esperanza en otro mundo (pues no conocía ninguno similar) si no en sí mismo y esto fue lo que lo salvo.

La humanidad entonces encargo su supervivencia a sus líderes y estos decidieron unirse dentro de las cuatro potencias mundiales que entonces gobernaban las grandes regiones del planeta, donde cualquier otra forma de civilización debía seguir a estas o ser condenada a elegir su propia suerte, la mayoría de los países entonces supo que esta globalización era un mal necesario y se tuvo entonces solo cuatro grandes países.

Estados Unidos entonces cambio su nombre a la Unión Americana, nombre que a creces hace referencia a la gran imaginación de los americanos, albergo consigo a lo que fue Canadá y la mayoría de los países de centro América. Japón englobo a todas las culturas asiáticas así que se decidió llamarlo Asia, pues culturas tan distintas solo podían ser ordenadas bajo un nombre que las identificara a todas. Grecia fue el que albergo a más y muy distintos países bajo su nuevo nombre Soteria, orgulloso nombre griego para simbolizar la salvación, un icono muy representativo de la humildad Europea. Los países latinos se unieron bajo una nueva civilización llamada Latín, pues los latinos nunca fueron ni los más imaginativos ni los mas unidos y se requería algo que al igual que los asiáticos los uniera a todos. Finalmente y para conmemorar el renacimiento de la humanidad unida se bautizo al planeta celeste como lo que se había convertido Térrilis, nuestro planeta tierra, estéril.

Cuando estos cambios fueron anunciados también fue anunciada la nueva forma de vida que se tendría, los lujos quedarían atrás y se decretaría un estado de emergencia ambiental hasta que el planeta tierra detuviese el conteo regresivo que había iniciado gracias a la destrucción de la naturaleza, ya no se trataba entonces de vivir bien, si no de sobrevivir. La humanidad obedeció, teniendo en su conciencia que esto era solo consecuencia de sí misma y los que no acataron las ordenes como tales no siguieron una historia clara después, tampoco atentaron contra la nueva civilización, sencillamente se refugiaron.

Se fundaron cuatro grandes capitales con los nombres de cada nueva potencia, ciudades magnificas que albergarían a todas las nuevas nacionalidades que habían sido conformadas, mucha gente en un solo lugar para destruir los demás y permitir a la naturaleza reclamar lo que había sido suyo. La cúspide de la tecnología permitía que las personas viviesen en una mínima porción, la necesaria, trabajasen para mantener la sociedad funcional sin perjudicar a la recuperación natural del medioambiente, pues en aquellas épocas quien contaminase representaba una amenaza para la humanidad y quien era una amenaza debía ser erradicado.

Puede que todas estas medidas hayan parecido extremadas, pues uno podía ir a la cárcel por usar mas del agua que debía y clasificar incorrectamente la basura podía costarle la vida, pero fue esto en realidad lo que le dio a la humanidad terrestre un par de siglos más que a la marciana, la naturaleza entonces fue más inteligente y despiadada aun que la humanidad misma y decidió que se había cansado de lo parasítico que simbolizaba el ser humano para ella, ya que un par de siglos no eran suficientes para compensar muchos más de un abuso desmesurado.

Una enfermedad terrible fue la que finalmente termino con la existencia masiva del ser humano y aun en el más alto pico de su conocimiento tecnológico, poco pudo hacer el ser humano para aminorar la vasta y devastadora muerte que se abalanzo sobre cada una de las cuatro magnificas potencias. Fue momento de que el ser humano se uniese de nuevo y trabajara en elaborar un posible futuro para su raza ante la catástrofe natural que se cernía sobre ellos.

La enfermedad atacaba a algo mucho más elemental que el cuerpo del ser humano, atacaba a los mismísimos impulsos nerviosos que permitían su funcionamiento, era imposible determinar una causa, pues se daba de una forma inesperada y repentina, matando a la persona y dejando todos aquellos impulsos eléctricos en el aire, aun con la forma del huésped de la enfermedad, listos para infectar al siguiente. Entonces la creencia del alma volvió a aparecer pues jamás se pensó que los impulsos que daban vida al ser humano pudiesen tener la forma del huésped que los albergaba, ni mucho menos que fuesen capaces de abandonar su cuerpo repentinamente para luego desaparecer, desaparecer y aparecer de nuevo en la noche para que quien tocase a este nuevo ente se volviera uno de ellos, se los llamo Nuna pues fueron los latinos los primeros en presenciarla y darle nombre en una de sus antiguas lenguas que aun se practicaban en honor a sus raíces.

De potencia en potencia de Térrilis se fue esparciendo hasta que al fin fue problema de las 4 naciones y aquella terrible enfermedad era algo como nunca antes había presenciado la humanidad, lejos de sus creencias religiosas y con toda la tecnología que tenían a su disposición jamás pudieron explicar aquel fenómeno hasta que aceptaron que había aun cosas que no podían entender. Las cuatro grandes potencias, siempre en comunicación y cooperación como era su lema estaban frente a un problema muy grande, pues por muy devaluada que haya parecido entonces la forma de vida era vida, vida que amenazaba terminar.

Las religiones se volvieron locas y en los 4 rincones del planeta se vio el caos, presente después de una era de paz y limitaciones, la palabra común era que la naturaleza se había vuelto en contra de la humanidad lo cual tenía algo de cierto, y a medida que la vida de la humanidad mermaba y se terminaban las opciones, una vez más la humanidad tuvo sabiduría y unió su inteligencia en un último intento de preservar su raza y entonces mando 4 capsulas muy peculiares al espacio, del que poco o nada sabían pues la ciencia se había dedicado sin éxito a recuperar lo perdido de la naturaleza en el último par de siglos.

Pero la inteligencia del ser humano terrestre era menor que la del ser humano marciano y jamás pudieron imaginar que su participación seria vital para recuperar lo que la naturaleza había reclamado como suya, nunca sospecharon que en el fondo de su ignorancia mas evidente, en lo más profundo de las aguas del océano se encontraba la verdadera clave que lograría que la humanidad prevalezca una vez más, y que sería gracias a los ancestros marcianos que esto seria posible.