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La Batalla

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danieluzca's avatar
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La batalla entre el miedo, el egoísmo y el amor y el lógico e indiscutible ganador

Hay pocas emociones que modifiquen el comportamiento tan peculiarmente como estas tres, son, a mi parecer, de las más intensas y menos lógicas de las emociones, capaces de causar grandes y desastrosas cosas en nuestras vidas, y en mundo actual parecen ser las más comunes.

El miedo no necesariamente es aquello que sabemos reconocer como tal, a veces esta tan bien disfrazado en uno mismo y las acciones que realizamos el día a día que podría llegar a parecer valor, o voluntad, puede parecer una fuerza extraordinaria o un impulso imparable para llevarse varias cosas por delante pero esos son solo los engaños que utiliza para enmascararse y no admitir la cobardía que es tener miedo, pensamos que no es natural y que nos hace inferiores, mientras que solo es una faceta más del ser humano, del ti y del mí de cada día, pero solo unos cuantos de nosotros somos capaces de admitir que lo sentimos hasta por las cosas más sencillas, ya sea la idea de conseguir algo que realmente queremos y cuanto cambiara la vida con ello o no poder dormir con la luz apagada. El miedo domina muchas más acciones de las que somos capaces de admitir. Es un encantador mensaje que recibes de tu pareja al segundo mes de relación diciéndote “diviértete con tus amigos, pero no salgas demasiado linda que me pongo celoso <3”, empieza tan adorable e inocente hasta que llega a convierte en un monstruo que no te deja ni hablar con tu propia familia, es inseguridad oculta en el deseo de “cuidarte” y que “nada nunca te pase” …. Como si de una noche fuera con amigos fueras a dejar de lado a la persona que elegiste para estar contigo, es sencillamente tonto, pero encantadoramente inocente y parece tener las mejores intenciones de cuidarte con eterno cariño.

El egoísmo nace del peculiar y ancestral deseo de cuidar lo que es íntimamente nuestro, y además el orgullo que consiste tenerlo, ya sea de eso que creemos único o incluso aquello que todos tienen, pero es nuestro. Es la idea de que nosotros, por mucho que seamos iguales o tengamos lo mismo, somos diferentes y únicos, inigualables y de una forma u otra invaluables, cuando se vuelve un monstruo termina haciéndonos pensar que somos de las mayores ventajas e increíbles cosas que le podría pasar a alguien más, se pone en dominio y evoluciona a un egocentrismo profundo. Es nuestro propio político corrupto personal, que le promete a todos los demás sentimientos que todo saldrá mejor a la larga, usualmente teniendo algún plan malvado y lleno de engaños en manos para que solo salgan bien las cosas para si mismo. Es muy fácil caer al egoísmo, tiene un discurso tan bien preparado para nosotros mismos, que todos los demás sentimientos terminan votando por él, excepto, tal vez, el amor.

El amor… quien puede describir realmente una emoción tan peculiar. Cambia con cada persona a la que se le enfoca, incluido el amor propio que viene a ser diferente en cada uno. En exceso también lleva al egocentrismo, pero en mucha falta se esconde bajo él, como un niño asustado bajo sus sabanas, muy consciente de que no lo cubren realmente de todo aquello a lo que le teme, pero aun así se siente más seguro. El amor más sabio se podría decir que es el héroe que todos merecemos, pero no siempre el que necesitamos*, es capaz de una fuerza inmensa para mejorar a la persona, ya sea cuando se lo da o cuando se lo recibe, muchas veces infinitamente paciente y eternamente tonto, es sinónimo de vulnerabilidad y muchas veces muy compañero del temor porque piensa que este lo protege, al igual que el egocentrismo. Pero correspondido va muy de la mano de la felicidad, eso es cuando deja de ser inocente y se pone un buen par de lentes para fijarse bien a quien se entrega.

La batalla entre estos tres sentimientos es muy dura para quien la viva en su interior, el miedo y el egoísmo son aliados poderosos cuando el juez es la lógica, pero no hay que olvidar que el juez está enamorado del amor, lo idiotiza y el amor es su propio guerrero y muy poderoso cuando está decidido. Engaña a la lógica con mejor discurso aún que el politiqueo que puede llegar a alcanzar el egoísmo, y lo ilusiona con promesas más grandes que cualquier otro sentimiento, porque de aquellos tres es el único que tiene el número de la felicidad. Lo malo es que el amor, aunque idiota pero fuerte en la mente lógica, olvida fácilmente su faceta más vital, que es el amor propio. Su inocencia deja que defienda con terquedad a aquello que ama, porque el amor persigue también con ansias la felicidad. Y ahí es donde el temor y el egoísmo ganan la batalla, el temor solo es la motivación que necesita el egoísmo para darle la contra al amor con sus propios argumentos y poner primero al ingenuo que libra la batalla en su interior, “primero yo”, es la defensa del egoísmo.

Esta es una batalla que libramos normalmente cuando nos enamoramos de alguien, la fuerza que tenga el amor dependerá de que tanto nos guste realmente esa persona y que tan inteligente fue el amor para escogerla. Lo interesante es cuando el amor y la felicidad están ambos presentes y en fuerza, entonces es fácil saber quién gana, por muy ilógico que sea, la lógica, emborrachada en ambos sentimientos siempre escogerá al dueto feliz. El amor solo no basta, y el amor con el egoísmo está destinado a caer en egocentrismo y absorber a la otra persona, el amor con el miedo no podrá llegar muy lejos hasta separarse. Por eso el amor es de dos, puedes ponerlo tú y ayudar a que en el interior de alguien más hay un dueto feliz que gane a los otros dos, pero si no lo recibes… el amor se cansa de esperar la felicidad, de llamarla infinitamente y que no se presente para pelear, y probablemente muera solo… luchando aun, inocente y abandonado por la lógica.





*Si, es una referencia muy geek, aguántenme
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